MOTO Y EMBARAZO, ¿SON COMPATIBLES?

Muchas veces se considera a las mujeres embarazadas casi como enfermas, se tiende a pensar incluso que no pueden llevar una vida normal. Pero pueden hacerlo con ciertas precauciones, como es lógico. Conducir motos es una de estas actividades que genera dudas. En la mayoría de los casos no existen contraindicaciones para hacerlo, pero se tiene que tener siempre en cuenta el estado de salud y valorar los riesgos que puede tener un accidente.

A medida que avanza el embarazo y crece la panza, costa más subir encima la moto, conducirla y mantener el equilibrio. Esto puede hacer que la postura no sea la más adecuada para conducir, puesto que al tener más volumen abdominal es más complicado cogerse bien al manillar.

La postura reclinada sobre el manillar, una caída por el mal estado de la carretera, los hoyos y el miedo a las imprudencias de los otros conductores, son algunos de los factores que hacen que nuevo de cada diez mujeres gestantes aparquen la moto durante el embarazo, según un estudio hecho por RACC. Es importante pedir la opinión al ginecólogo, que podrá aconsejar según el estado del embarazo y su evolución.

Fernando Moreno Fotógrafo

Las motos no cuentan con una carrocería que proteja a los ocupantes, hecho que agravia las lesiones. En caso de caídas, accidentes, golpes fuertes por sacudidas a la carretera, puede aumentar el riesgo de desprendimiento de la placenta y rotura del útero. En el tercer trimestre, además, se pueden producir hemorragias, daños directos al feto o un parto prematuro. Por lo tanto, desde Jordi Escola de Conducció recomendamos conducir motos solo hasta el tercer mes de embarazo, con ropa de seguridad homologada y las protecciones pertinentes. Desaconsejamos, desde nuestra experiencia, subir arriba de una moto a partir del segundo trimestre de embarazo por el gran peligro que esto supone.

Fotografía de Fernando Moreno

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