La mayoría de dispositivos de seguridad presentes a un coche (cinturones, airbags, apoyacabezas, etc.) no están pensados ni diseñados para los más pequeños. Es por eso que los pequeños que mesuran menos de 135 cm de estatura, tienen que viajar siempre con un sistema de retención infantil adaptado a su peso y talla, no en función de la edad únicamente.

Como norma general, tienen que ir siempre a los asientos de atrás. En caso de accidente, el menor que no va con su SRI correctamente instalado y ligado, puede sufrir lesiones muy graves y, además, se convierte en un proyectil que puede golpear a los otros ocupantes del vehículo.

En la hora de montar el SRI homologado al vehículo, se tienen que tener en cuenta varias cuestiones:

La presencia de airbag al asiento en cuestión. En caso de haber, no pongas la silla sin antes desconectar el airbag.
La orientación de la silla respecto al sentido de la marcha del vehículo. Hasta los dos años del niño, a veces hasta los cuatro, las sillas se tienen que colocar preferentemente en sentido inverso a la marcha, puesto que de este modo la fuerza del impacto queda repartida de manera más uniforme por todo el cuerpo del bebé. Y en caso de impacto frontal, el más común y grave, el cuello del pequeño, estará más protegido.
Las estadísticas. El asiento del copiloto es lo más afectado estadísticamente en colisiones. El más seguro, por lo tanto, es poner la cadireta preferentemente al asiento central de atrás, para protegerlo de golpes laterales, siempre que el vehículo disponga de cinturón de seguridad de los mixtos o de tres puntos. Es imprescindible comprobar que la instalación del SRI es correcta y que este ha quedado firmemente sujetado, quedando los cinturones el más recto posibles y sin pliegues.

A partir de los 135cm de estatura, los niños ya pueden utilizar directamente los cinturones de seguridad del vehículo. A pesar de que es recomendable continuar empleando lo SRI hasta los 150cm de altura, sobre todo si la banda del hombro toca en el cuello o pasa por debajo del mentón, que en este caso sería obligatorio continuar haciendo uso.

En caso de accidente, la sillita se tiene que cambiar, puesto que puede haber sufrido alguna rotura que afecte su seguridad. Es por eso que algunas compañías aseguradoras cubren los daños a los dispositivos de retención infantil. Cuando se produce un accidente, si la responsabilidad del siniestro es del conductor contrario, él está obligado a indemnizar por todos los daños y lesiones, a través de su póliza de Responsabilidad Civil Obligatoria. El perito de la compañía será el encargado de evaluar si la sillita está afectada, en el caso en que se podrá reclamar por ella. En caso de que la responsabilidad del accidente sea propia, la cobertura e indemnización dependerá del que maquis la aseguradora y la póliza contratada.

La educación en seguridad viaria es una labor importante que como padres todo el mundo tiene que ejercer. Para educar, además de palabras, los niños tienen que ver en los padres unas actitudes y comportamientos seguros en sus acciones diarias en el ámbito del tráfico y la seguridad viaria.