El viaje en coche no está contraindicado durante el embarazo. Pero existen patologías como la amenaza de aborto o la placenta previa, que pueden contraindicar los viajes y otras actividades.

En caso de no tener las contraindicaciones, hay ciertos consejos a tener en cuenta que harán que el trayecto sea más cómodo y seguro. Por supuesto, antes de salir se tienen que hacer las comprobaciones pertinentes del vehículo.

Para realizar el trayecto, es importante llevar los documentos sobre el desarrollo del embarazo, del mismo modo que se tienen que evitar las horas de más calor, mantenerse muy hidratada a pesar de no tener siete, realizar movimientos circulares con los tobillos, y mover las piernas y los dedos del pie de forma periódica, además de pasear unos 20’ cada dos horas por no aumentar el riesgo de trombosis venosa profunda. 

Varios estudios han puesto en evidencia que un correcto uso del cinturón de seguridad, reduce el riesgo de defunción y lesiones en la futura madre y al feto. Es por eso que el uso del cinturón de seguridad en los viajes en coche, también es obligatorio por ley en el caso de las gestantes desde el 2016. En caso de duda, es importante consultar al ginecólogo y, si por algún motivo desaconseja usarlo, evitar los desplazamientos en coche. Durante los primeros meses de embarazo, el feto está menos protegido y un golpe frontal podría provocar hemorragias al útero por desprendimiento de la placenta, impidiendo la llegada de suficiente oxígeno al feto. A partir de la semana 30 de embarazo se recomienda no conducir o hacerlo acompañada. Además de extremar las precauciones al vehículo, puesto que en caso de accidente o frenazo brusco pueden ocasionar un adelanto del parto, o incluso un traumatismo al bebé al chocar su jefe contra los huesos de la pelvis de la madre.

Es crucial duro el cinturón de seguridad de manera correcta. La DGT explica que la banda horizontal tiene que ir situada por debajo el abdomen y asegurándonos que quede ajustada a los huesos de la cadera y no suba hacia el vientre. La banda diagonal se tiene que ajustar sobre el hombro y el esternón, sin tocar el cuello ni situarlo sobre los pechos. Se tiene que ajustar bien en el cuerpo y no usar pinzas, almohadas ni cualquier otro tipo de instrumentos.

Si te resulta molesto usar el cinturón, existen productos homologados como por ejemplo los adaptadores de recorrido del cinturón, que mantienen la banda inferior del cinturón, a la parte baja del abdomen. También existen chalecos especiales para embarazadas, que ayudan a mantener las bandas en su posición correcta. Ambos productos distribuyen la superficie de apoyo del cinturón al vientre materno, disminuyendo el traumatismo en caso de accidente.
El Reglamento General de Circulación no indica que las gestantes tengan que dejar de conducir a partir de una semana en concreto. Pero en caso de que el ginecólogo considere que el embarazo tiene algún riesgo o dificultad, es imprudente no seguir sus consejos. Es importante consultarlo siempre con el médico especialista, puesto que no es recomendable conducir cuando se sufren contracciones, alteraciones al embarazo o riesgo de parto prematuro. Existe el doble de posibilidades que se produzca el parto cuarenta ocho horas después de un accidente. Así pues, las embarazadas pueden conducir siempre teniendo en cuenta que es una acción por la cual se necesita concentración y un mínimo de capacidades psicofísicas y, por ejemplo, la vista se ve afectada durante el embarazo. Además, se recomienda no sentar el más lejos posible del tablero de control o del volante, para reducir el impacto en caso de colisión. En caso de conducir, por lo tanto, es importante dejar 25cm de separación entre el volante y la panza, nunca desconectar el Airbag y evitar maniobras bruscas como acelerar o frenar repentinamente.

Una vez nazca el bebé, desde el primer día tendrá que viajar en coche usando un sistema de retención homologado hasta que mida 1,36m de altura.

Nos mueve una movilidad segura, sostenible y conectada.